Dioptrías, todo lo que necesitas saber

Si has acudido alguna vez a una revisión ocular, es probable que tu óptico/a haya mencionado la palabra dioptría. La mayoría de los usuarios habituales de gafas o lentillas seguramente sabrán decir el número que tienen, pero ¿podrías explicar qué son las dioptrías? Tanto si te suena el término como si es la primera vez que lo escuchas, es importante entender su significado y su propósito.

¿Qué son las dioptrías?

Podemos definir la dioptría como una unidad de medida para expresar la graduación de los ojos. Su valor se calcula con:

  • El poder de refracción o convergencia, que indica la capacidad de una lente para desviar los rayos de luz.
  • La distancia focal, es decir, los metros necesarios para ver un objeto con nitidez.

Por tanto, permite conocer la potencia que debe tener una lente, ya sea de unas gafas graduadas o de unas lentillas, para que la persona vea correctamente. El concepto de dioptría fue acuñado por el oftalmólogo francés Ferdinand Monoyer y entró a formar parte de la terminología oficial en 1875 durante un congreso en Bruselas. De hecho, Monoyer creó también una tabla de optotipos para medir la agudeza visual que, en la actualidad, sigue utilizándose en todo el mundo.

¿Cómo se miden las dioptrías?

Las dioptrías se miden con una escala de valores de 0,25 en 0,25, con independencia del defecto o carencia visual identificada. Por tanto, la graduación de una persona puede expresarse en fracciones, como 0,75 o 1,25. De esta forma, es posible ajustar al máximo la corrección necesaria en cada caso. Como habrás adivinado, cuanto mayor es el número de dioptrías, mayor graduación debe tener la lente. Asimismo, es probable que cada ojo requiera una graduación diferente o que presente un defecto refractivo distinto al del otro, lo que se conoce como anisometropía. De forma general, en una prescripción encontramos tres valores:

  1. Esfera: un signo negativo, que indica la presencia de miopía, o uno positivo si se trata de hipermetropía. En el primero, la lente será divergente o cóncava y, en el segundo, convergente o convexa.
  2. Cilindro: un símbolo negativo o positivo en función de si se detecta astigmatismo miópico o astigmatismo hipermetrópico.
  3. Eje: la posición en que aparece el astigmatismo y la dirección en que la lente debe corregirlo. Si el resultado de las pruebas indica únicamente la esfera, entonces no se tiene este defecto visual.

La forma más habitual de detectar una ametropía, es decir, un enfoque inadecuado de la imagen sobre la retina, es mediante un examen visual por parte de un especialista. Entre los más frecuentes encontramos los anillos Landolt o el test de Snellen. Como curiosidad, también existe el test de Monoyer, que ocultó su nombre y su apellido en la primera y en la última letra de cada fila. Para realizar estas pruebas, es recomendable que la persona mantenga la concentración, relaje la vista y evite usar lentillas en las 24 horas previas.

Tipos de dioptrías

Existen cinco tipos de dioptrías en función del defecto refractivo identificado:

  • Ojo emétrope o sin graduación: la retina enfoca bien la luz que entra y, por tanto, no necesita corrección.
  • Ojo miope: la luz entrante se enfoca antes de llegar a la retina, así que no se ve de lejos correctamente. La solución es usar una lente divergente, que puede tener un máximo de 25 dioptrías.
  • Ojo hipermétrope: el globo ocular es más corto y, por tanto, la luz que entra se enfoca en un punto alejado de la retina. Al no verse bien de cerca, se necesita una lente convergente, con un valor de 13 dioptrías como máximo.
  • Ojo astigmático: la córnea presenta una forma irregular que distorsiona la visión. Se utilizan lentes tóricas de hasta 13 dioptrías para corregir la curvatura, y puede manifestarse junto a la miopía o a la hipermetropía. Aun así, como ninguna retina es perfectamente redonda, puede no resultar necesario usar una lente según el grado de astigmatismo.
  • Ojo présbita: se suele manifestar a partir de los 40-45 años por una disminución de la elasticidad del cristalino que impide enfocar de cerca. Al igual que en el caso de la hipermetropía, se recomiendan lentes convergentes de hasta 3 dioptrías, así como ciertos ejercicios visuales para la vista cansada.

Cómo graduar la vista

La forma más sencilla de saber si necesitamos algún tipo de corrección visual o si nuestra prescripción ha cambiado es acudir a un óptico-optometrista. Después de realizar varias pruebas con diferentes exámenes e instrumentos de medición, valorará la capacidad de nuestros ojos para enfocar con nitidez y nos recomendará, si es necesario, una solución con las dioptrías que realmente necesitamos. En General Optica te ofrecemos una amplia gama de servicios de revisión básicos y servicios visuales personalizados para comprobar el estado de tus ojos sin compromiso. ¡Cuidamos de tu mirada!