Ojos artificiales o cascarillas: ¿qué necesito?

Conocer las diferencias entre un ojo artificial y una cascarilla ayudará a elegir qué tipo de prótesis ocular utilizar para que se ajuste adecuadamente a las necesidades de cada persona. No obstante, la decisión final debe tomarse con el asesoramiento de un óptico que valore todos los aspectos desde un punto de vista profesional.

Cascarillas

Estas piezas son similares a las prótesis oculares que se elaboran a medida, pero con algunas diferencias notables, sobre todo en lo relacionado al material, el volumen y el método de fabricación. 

Características de las cascarillas

El principal rasgo de las cascarillas es que son cóncavas y con un espesor muy reducido, que puede llegar a ser de 0,1 milímetro en toda la superficie. ¿El motivo? Que se utilizan cuando el ojo está retraído o tiene alguna deformación, pero aún se conserva, al menos en parte.

Se fabrican a partir de un molde exacto del globo ocular, algo imprescindible para que la epítesis ejerza una presión uniforme a lo largo de todo el ojo y se eviten las lesiones. Para elaborarlas, solo es necesario crear una pieza de dimensiones reducidas, a diferencia de lo que sucede en la fabricación de prótesis oculares

Todas las cascarillas tienen en común que se adaptan al resto del ojo en la cavidad. En la actualidad existen dos tipos:  oculares y esclerales. Estas últimas se caracterizan por proteger la superficie corneal, que es muy sensible al tacto y cualquier roce puede causar alguna molestia y lagrimeo. 

Cuándo usar una cascarilla

Como indicábamos anteriormente, las cascarillas están recomendadas para los casos en los que el ojo es de menor tamaño o se ha perdido una parte de él. También se utiliza cuando presenta un aspecto decolorado o alguna deformación. 

Más allá de la mejora cosmética, las personas que deciden colocar una cascarilla ven favorecido su desarrollo psicosocial y una clara mejora en el parpadeo y el flujo lagrimal por vía natural. 

Ojos artificiales

Esta fórmula es la utilizada cuando se tiene que sustituir el ojo natural por una prótesis que sea lo más parecida posible al natural. 

Características de un ojo artificial

Estas prótesis oculares se crean a partir de un molde con el que se puede crear una copia del ojo adaptada a la cavidad anoftálmica. Se ajustan a este espacio tanto en el volumen como en la estética, ya que se elaboran simulando las características del ojo natural. Mano de hombre sosteniendo un ojo artificial

 

Una de las principales ventajas de utilizar un ojo artificial es que mantiene en su posición los contornos de los párpados y sus pliegues, además de ayudar a conservar el resto de funciones relacionadas con la simetría facial de la persona. 

Cuándo usar un ojo artificial

La utilización de un ojo artificial se produce ante la falta total o parcial del natural después de que se haya sufrido una incidencia y se requiera sustituirlo por una prótesis ocular que lo simule. Los ojos artificiales están indicados cuando se debe ocupar la cavidad completa que antes ocupaba el ojo natural.

Son varios los beneficios de utilizarlos: 

  • Se recupera la función facial. La cuenca del ojo podría cerrarse si no se introduce una prótesis ocular, de ahí que sea la principal razón para utilizar un ojo artificial, además de lograr que el párpado continúe funcionando correctamente. 
  • Mejora estética. El ojo artificial simula perfectamente al natural, por lo que la persona que lo utiliza recupera la simetría facial y con ella una mejoría estética.
  • Superación psicológica. La utilización de estas prótesis oculares permite recuperar la autoestima y superar la pérdida del ojo.

Si tienes más dudas o necesitas consejo personalizado, no dudes en pedir cita con nuestros ópticos expertos.